Construcción del Dique Ingeniero Ballester y el sistema integral de riego

Cuando se decidió la construcción,  el Ingeniero Cipolletti falleció y el entonces Ministro Ramos Mexía, contrató en su reemplazo al Ing. Decio Severini, compenetrado en los proyectos del visionario europeo. 

Según el proyecto presentado por el Ing. Severini se debían construir las siguientes obras: Un dique sobre el río Neuquén, la bocatoma de un canal de alimentación para riego y un canal de desviación de crecidas hacia la cuenca Vidal. Estas tres obras conformarían lo que se denominó el Sistema Integral de Riego del Alto Valle del Río Negro y Neuquén.

Nace así el punto capital, corazón para regar por venas de canales y acequias miles de hectáreas de tierras rionegrinas a través de la colosal obra de 17 compuertas que atraviesan el río de margen a margen, de 20 metros de ancho, separadas por 16 pilares de hormigón armado y dos estribos a cada extremo. Los pilares son de tres metros de ancho, de modo que el largo total del dique es de 420 metros sin contar las rampas. Cada compuerta pesa alrededor de 33 toneladas y están contrapesadas, de modo que la mano de un hombre puede moverlas a voluntad. Sin embargo, las compuertas, que son metálicas, responden a un sistema eléctrico, a cuyo efecto fue instalada una turbina en 1916. Los pilares de hormigón se hallan revestidos con chapas de fundición.

En el predio de esta histórica y magnífica obra, se encuentra el antiguo pueblo, con sus antiguas edificaciones aún conservadas (el comedor, la casa del ingeniero a cargo, el hospedaje, la proveeduría,  escuela, reloj de sol, faro, la trochita con gran cantidad de rieles) lo cual armoniza con la belleza natural.

Es en este predio es donde el Museo Histórico del Riego se encuentra ubicado y en su interior refleja la historia que acabamos de describir.

1884

Comienzan las primeras obras de riego

Seguido a la conquista y colonización, en 1884 se iniciaron las primeras obras de riego que eran muy rudimentarias y los cultivos de alfalfa, maíz, trigo, no solo sufrían la falta de agua en épocas de sequías, sino también las periódicas crecientes que destruían pueblos y sembradíos.

1884

Comienzan las primeras obras de riego

1899

Ley 3727 y llegada del ferrocarril

En 1899, mediante la Ley 3727, el presidente Julio Argentino Roca encomendó al prestigioso ingeniero hidráulico italiano, César Cipolletti, quien ya se encontraba en el país realizando estudios relacionados con el riego en Mendoza y San Juan, un proyecto de sistematización de riego y la parcial regulación del régimen del río Negro, para aprovechar las aguas de esa cuenca y sus afluentes (ríos Neuquén y Limay) y, también, la cuenca del río Colorado.

1899

Ley 3727 y llegada del ferrocarril

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